Encuentro del agua y el fuego
Los Hervideros es el nombre que se le da a unos riscos al oeste del Parque de Timanfaya, debido a que se puede ver con claridad cómo las olas golpearon la lava volcánica que llegó hasta el agua, hoy convertida en roca dura. Cuando las rompientes chocan contra la costa, se cuelan y ascienden por los huecos de entre las rocas, de forma que parece que está hirviendo el agua y de ahí el nombre. Se extiende entre las Salinas de Janubio -otra atracción muy interesante- y El Golfo, mostrando la naturaleza en todo su esplendor. Es una zona muy frecuentada por los turistas, que vienen a admirar los efectos de la erosión y los ascensos de las olas por entre las cuevas submarinas.
Además de por las visitas de puro interés paisajístico, son numerosos los dados a la pesca con caña que se dejan caer por la zona. Es habitual ver a alguno caminar sobre las rocas mientras el mar desata su furia, sin alterarse, hasta donde quieren ir. Pero no es recomendable, por peligroso, para novatos.
Para llegar a los Hervideros debemos circular unos pocos kilómetros en coche hacia el sur por la carretera LZ-703. La vía en sí misma es toda una atracción, después de que la diseñara el conocidísimo artista César Manrique, autor intelectual de algunas de las obras más emblemáticas de Lanzarote, y nos prepara para un lugar casi mágico creado por la erupción del Timanfaya hace dos siglos, cuando el mar verdaderamente hirvió al entrar en contacto con el agua, solidificándose rápidamente y siendo luego esculpida por el efecto de la erosión, creando un espectáculo singular y grandioso, que nos retrotrae a tiempos primigenios.
Otros parajes
Los Hervideros forma un triángulo paisajístico muy especial con las Salinas de Janubio y el Charco de los Clicos, todo un itinerario por el suroeste de la isla que se cubre en unas dos horas aproximadamente, todo ello gratuito y a tiro de piedra de otro centro de interés, el Parque Nacional de Timanfaya.
Las Salinas de Janubio son una de las fotos más bonitas que nos podemos llevar de Lanzarote, al sur de los Hervideros, junto a la localidad de La Hoya. Se trata de cerca de medio kilómetro cuadrado (unos 50 campos de fútbol) de terrenos de los que se extrae sal, concretamente de la laguna de su centro del centro, el cual obtiene su causal de las aguas de la costa.
Es una actividad que lleva más de cien años en funcionamiento, aunque ya antes era un campo de labranza. Las salinas sirven para abastecer a las industrias de la conserva y de la salazón de pescado, esta última de importancia culinaria en la isla, así como a la venta de salmuera. Desde hace 50 años es una empresa familiar que ha ido declinando por la competencia, la bajada de la actividad pesquera y el avance en frío industrial, pero siguen vendiendo dentro de Lanzarote y el espectáculo de los salares sigue siendo impresionante, también en lo arquitectónico. Contrastan los vivos colores del campo con los de la arena negra de la aledaña playa de Janubio.
En el extremo norte del triángulo hallamos el Charco Verde o de los Clicos, que no se parece a nada que hayamos visto antes. Se trata de una laguna de agua de mar, pero que es de color verde intenso gracias a la acción del fitoplancton que la tiene colonizada. Se llama de los Clicos por un crustáceo que solo vivía en esta zona, una especie totalmente única, que desgraciadamente se extinguió hace más de cien años porque la pescaron demasiado.