Sin ningún género de duda, la visita más impactante, vistosa e imprescindible para cualquier visitante de Lanzarote es el Parque Nacional de Timanfaya, Reserva de la biosfera según la UNESCO, estampa singular y lugar inimitable. Cientos de miles de personas lo visitan cada año.
El Parque
Es un lugar en el que todavía hay actividad volcánica (si bien la última erupción fue en 1824) y podemos observar las huellas que ha dejado en el paisaje, y también la actividad en el subsuelo. La atracción estrella para todos los visitantes son los géiseres, espectaculares chorros de vapor que dejan boquiabiertos a los turistas y en los que los guías suelen detenerse con los visitantes. Otra de las grandes atracciones es recorrer algunas de las dunas de la zona subidos en camellos, traídos especialmente de África para ello. Eso sí, es algo movido para quien no esté acostumbrado ¡Cuidado con marearse!
Al tratarse de un Parque Nacional, apenas hay presencia del ser humano, por lo que es posible contemplar la flora y la fauna en todo su esplendor, con más de 180 especies distintas. Pasear por Timanfaya y sus cráteres parece como estar en Marte. Destacan entre el monumental paisaje volcanes comola Caldera del Corazoncillo, la Montaña Rajada o la Montaña de Fuego. Otro que se aprovecha de la coyuntura es el restaurante El Diablo, que emplea un fogón de barbacoa geotérmico (con una parrilla y pozo diseñados por el prestigioso artista de la isla César Manrique) y aprovechando los rescoldos volcánicos guisa comida tradicional canaria. Encontraremos también a la entrada bar, cafetería y tienda de recuerdos. Además de la ruta de los volcanes en autobús (allí llamado guagua) son muy interesantes otras dos a pie, la del litoral y la Termesana.
Información que debe ser tenida en cuenta
Para llegar a Timanfaya, saliendo de la capital Arrecife, hay que coger la carretera LZ-2 al oeste hasta Yaiza (la población más cercana al parque) y luego continuar por la LZ-67 hacia las Montañas del Fuego y Tinajo. Allí veremos un camino erigido con el mismo material que proporciona la lava del lugar, carente de señalización horizontal, para no romper la armonía natural. Después se sigue por la vía del Echadero de los Camellos y tras dos kilómetros y medio nos tomaremos con el puesto de entrada Centro Turístico de las Montañas del Fuego. Si proseguimos hacia Tinajo, ya dejando atrás el Parque, hallaremos el Centro de Visitantes e Interpretación de Mancha Blanca, que depende de la administración del Parque Nacional. Se puede salir del lugar por Tinajo. Por supuesto es posible acudir en autocar desde los principales núcleos poblacionales de la isla y además del aparcamiento salen cada diez minutos buses que recorren los volcanes.
El parque abre todos los días desde las nueve de la mañana hasta las siete de la tarde. Hay que tener en cuenta que durante la temporada alta (que va del 15 de Julio al 15 de septiembre) las visitas por la tarde deben realizarse antes, pues el cierre se produce a las seis menos cuarto. El Restaurante El Diablo ofrece comidas desde las doce del mediodía hasta tres y media de la tarde. Por otro lado, el último recorrido por la Ruta de los Volcanes parte a las cinco de la tarde. Para acceder es preciso pagar ocho euros por la entrada de adulto, que se reduce a cuatro para niños entre 7 y 12 años. Es interesante visitar el parque o bien temprano por la mañana o bien justo después de comer, puesto que son las horas de menor afluencia y cuando se podrá disfrutar con calma de los géiseres y la visita. Asimismo, la dirección del parque recomienda evitar las aglomeraciones no solo para disfrutar sin estar rodeado de gente, sino también para observar mejor la naturaleza en todo su esplendor, reducir la huella humana en el medio ambiente y, en definitiva, contribuir a la mejor conservación de la zona.
Como se trata de un espacio especialmente protegido, hay una serie de prohibiciones en Timanfaya. No se puede acceder a él por otro sitio que no sean los caminos y carreteras habilitados para ello, ni parar fuera de los lugares indicados. Tampoco se puede cazar ni introducir ningún arma, llevarse de allí animales, platas o rocas (da igual lo pequeñas que sean) o fragmentos de los mismos. Está igualmente no permitido reproducir música a mucho volumen y practicar deporte o espeleología al aire libre. Para fotografiar o filmar profesionalmente hace falta un permiso especial. La administración ruega a los visitantes que respeten la zona y contribuyan al mantenimiento de los valores culturales y naturales del Parque Nacional, que sean discretos y silenciosos para no enturbiar la actividad de los animales ni aguar la visita a los demás, que sigan todas las indicaciones de los vigilantes y de la Dirección, para no destruir nada y mantenerse seguros a sí mismo y a los demás.